lunes, 13 de septiembre de 2010

Se trata de aprender a vivir en la imperfección, no buscar la perfección.

Si la historia se iba a repetir ¿por qué no volverlo a intentar?
¿por qué no seguir eso que tanto quería?
Persigue tus sueños, como si fueran mariposas.
Persiguelos, como a burbujas.

Burbujas que solo tú tendrías el derecho a explotar.
Muy egoista, pero así sería. Sólo tú las explotarías, y sólo tú.

Había que creer, había que querer, había que tener fé.

La vida era un cuadro. Tú harías tu cuadro en él, anhelando encontrar la perfección.
Perfección.

Jamás la encontrarías, no existe.
Cuando te des cuenta de esto,  estarás preparado. Entonces morirás.

Y era un ciclo infinito, vicioso.

¿Por qué no simplemente hacemos arte como se nos antoje?  ¡al fin de cuentas, quien se fijará en él!

Seré nadie, pero seré alguien, porque sin mí, habría uno menos. Seré nadie, pero estaré ahí. Seré nadie, pero alguien será nadie conmigo, seremos dos nadies entonces. Nadies con más nadies, pero gracias a nosotros habrán alguienes. Sin oscuridad, no hay luz. Sin muerte, no hay vida. Sin enemigos, no hay amigos, y sin nadies, no hay alguienes.

Y finalmente, todos los que quisieron ser alguienes cuando eran nadies, y que ahora son alguienes, querrán volver a ser nadies, pero será tarde.

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